Debido al coronavirus, 2020 fue un año desafiante para todas las fincas de la empresa suiza de frutas de hueso Fairfruit. «Las medidas para frenar la propagación del virus debían cumplirse en todas las áreas, tanto en la producción como durante el transporte de personal o en las instalaciones de envasado, lo que generó gastos adicionales de organización», explica Pascal Felley, de Fairfruit.
No solo la pandemia ha supuesto un desafío, sino también el tiempo caprichoso en las diferentes áreas de producción europeas. «En algunos momentos hubo una mayor demanda que no siempre pudimos cubrir con la producción regional o con productos de importación del sur de Europa. Era necesaria una buena y constante comunicación con nuestros clientes retailers para poder anticiparnos a los acontecimientos».
Crecimiento constante de la superficie de cultivo
Las frutas de hueso cultivadas a nivel regional o en países vecinos (por ejemplo, Hungría) tienen cada vez más demanda en los países de habla alemana. Alemania tiene también producción de ciruelas, y su superficie de cultivo y gama de variedades se está ampliando poco a poco. Lo mismo ocurre con los albaricoques, explica Felley. «En 2016 enviamos algunas variedades a tres centros de investigación y dos años después realizamos las primeras plantaciones. En 2020 fundamos una empresa en Alemania para estar más cerca del mercado y de la producción. Las próximas parcelas se prepararán y plantarán en otoño de este año».
Además, la empresa participa en una prueba de cultivo en Randwijk, Países Bajos, donde se cultiva fruta de hueso en túneles debido al clima. «Los primeros resultados ya muestran qué variedades podrían funcionar en determinadas circunstancias. Ya hemos recibido los primeros pedidos de productores holandeses que quieren empezar a plantar árboles de fruta de hueso», destaca Felley.
Desarrollo varietal
Las ciruelas, los albaricoques, los melocotones y las demás frutas de hueso han evolucionado a lo largo de los años desde una fruta clásica de verano hasta un producto disponible durante todo el año. Mientras tanto, la gama de frutas de hueso también se ha ampliado considerablemente. «Cada año hay una mayor demanda de melocotones planos y nectarinas. Los gerentes de compras de los grandes supermercados ni siquiera descartan la posibilidad de que los paraguayos sustituyan parcialmente a la fruta redonda de toda la vida a largo plazo. Actualmente, la disponibilidad de melocotones planos es buena, y también hay mucho interés en las nectarinas», comenta Felley.
No obstante, se pueden observar diferencias considerables entre los diferentes mercados de ventas y países. «Como ejemplo se pueden mencionar las variedades de albaricoque de pulpa roja, que son bien recibidas en ciertos mercados europeos, pero que apenas tienen demanda en otros países. Además, el mercado demanda frutas de hueso maduras y sabrosas. Como productor, es importante adaptarse a esto en la elección de la variedad y durante el proceso de cultivo».
Aprovechamiento completo de la producción
Debido al aumento del consumo, la empresa Fairfruit desea ampliar su producción en el sur de Europa. En abril de este año se pondrá en funcionamiento una nueva planta de envasado con una superficie de 8.000 m² en Beja, Portugal, para poder clasificar y envasar in situ la fruta portuguesa. En una segunda fase, se pondrá en funcionamiento otra planta para procesar el resto de la fruta que no se vende en fresco. Esta fruta se comercializará en dados u otras formas, desecada o congelada.
«También abriremos una planta de envasado en España en abril. Esta planta de envasado está ubicada en una finca de albaricoques, por lo que podremos enfriar y procesar la fruta justo después de su cosecha. En Hungría también estamos trabajando en la ampliación de nuestra estación de envasado existente en el lago Balaton», concluye Felley.