En 2020 España mantiene su posición de principal productor europeo en ecológico y cuarto mundial. Aunque el ritmo de crecimiento de Italia es más rápido y podría ser el primer productor en breve, por ahora España sigue a la cabeza.
Diego Roig, director de Ecological Bio, elegido una de las 25 personalidades más influyentes del sector (según la Revista Tapas de 2018) comenta la evolución del sector en España y Europa.
“La gente se introduce al consumo ecológico por la fruta, hortaliza y huevos, para luego convertirse en consumidor ecológico en general en otros productos. En España crece el número de consumidores, aunque el crecimiento sea más lento que la producción hortofrutícola, la cual se destina en gran medida a la exportación europea”, comenta el director de la consultoría.
“El clima de España permite diferentes rotaciones y nos ofrece una ventaja productiva. Alemania sigue siendo nuestro mayor importador: el volumen de ecológico en Alemania fue de unos 11.000 M€ en 2018”, explica Diego Roig, de la consultoría EcoLogical Bio.
“En Alemania es evidente que la demanda es superior a la oferta, sobre todo en productos específicos que no se pueden cultivar por clima, y por ello se apoyan en importaciones, aunque la evolución de hectáreas en hortalizas ecológicas siga creciendo en Alemania”, comenta.
Los productos españoles más consumidos son: tomate, pepino, pimiento y calabacín. De hecho, el 88% del tomate que se consume en Alemania es importado, no solo de España sino de países terceros como Marruecos. Hablando de la competencia de países terceros, Diego señala que es un hecho que España tiene costes superiores a países terceros, incluso a Portugal y Polonia, pero que la potente profesionalización e inversión a nivel de tecnología en agro permite ofrecer productos de alta calidad
Europa ¿nacionalismo alimentario o sentido común?
“El producto español en Europa tiene buena fama en general y en particular en Alemania, su principal consumidor. Las empresas hortofrutícolas del sector español están bien dimensionadas y bien gestionadas, con precios competitivos y una oferta productiva de variedad y calidad probada», detalla Diego.
«El consumidor alemán prefiere un producto de proximidad. Formatos comerciales como Customer Supported Agriculture o CSA son iniciativas privadas que conectan al consumidor local con el productor local. A través un compromiso mutuo, estas actividades permiten el acceso directo de las familias a productos locales, frescos y ecológicos y, al mismo tiempo, ofrecen una garantía de venta a los productores permitiéndoles tener una vida digna e ingresos suficientes. Francia tal vez sea el país donde más se ha desarrollado este tipo de sistema y, por tanto, no se abren tan fácilmente las puertas a productos importados», precisa Diego Roig para concluir: «Ocurre en muchos países, especialmente en aquellos que practican un nacionalismo alimentario para proteger su producción».
“Un sello ecológico no se traduce siempre en filosofía ecológica”
Diego Roig comenta que la primera normativa ecológica europea de los años 90 se centró en la regulación los sistemas productivos relegando otras consideraciones que ahora empiezan a tenerse en cuenta, como son el impacto económico y social de las actividades en el entorno y la sostenibilidad en la producción.
«Compradores muy concienciados puede que consideren un tomate ecológico cultivado en un invernadero inaceptable si su producción no es sostenible, ni local, etc. En este caso es cierto que, en el caso del consumidor francés, optará primero por su tomate local que por uno ecológico de invernadero venido de España», comenta Diego.
«El sector ecológico industrial cumple la normativa ecológica pero no siempre es sostenible por su embalaje, distancia entre producto y consumidor, productos que no son de temporada, etc. Ciertos países son más proteccionistas. Por ejemplo, en Francia un caso evidente es la manzana: se consume local aunque el precio sea elevado y solo se importa cuando acaba la temporada de la manzana francesa. Así mismo, se promueve el desarrollo de los canales comerciales de proximidad”, prosigue Diego.
Diego Roig nos comenta las recomendaciones que desde organismos internacionales están surgiendo y que se concretarán en futuras políticas a medio plazo: “El Comité Económico y Social Europeo, en su dictamen aprobado en julio de 2019, incentiva los circuitos cortos, desarrollos del entorno, etc. (Promoción de cadenas cortas y alternativas de distribución de alimentos en la UE: el papel de la agroecología). En él, lo que se había quedado en el tintero se retoma: una ecología certificada pero con sostenibilidad”.
Ecological asesora en el sector de la alimentación y distribución ecológica en España. “Para ayudar a nuestros clientes primero hacemos una investigación de mercado: es vital para enmarcar la empresa en su contexto y así brindar las alternativas adecuadas y apoyarla en todo el proceso. Se trata de proyectos llave en mano durante los cuales casi vivimos con el cliente para entender su realidad: salvo vender sus productos físicamente les acompañamos en cada paso del recorrido. Nuestra empresa se fundó desde un estilo y filosofía de vida: como sociedad, en el sector hortofrutícola, la alternativa es lo ecológico”, concluye Diego Roig.