026 mayo, 2020

La agricultura de proximidad, y en general el consumo local, están viviendo un boom durante el confinamiento. El cambio del comportamiento de compra de los consumidores, más preocupados por comer más sano, junto con el hecho de que las grandes superficies comerciales se perciben como entornos donde puede haber una mayor concentración de personas, han permitido a los pequeños productores llegar directamente a los consumidores mediante nuevas fórmulas, como la venta directa online y los envíos a domicilio.

Asimismo, la gente mayor, tradicionalmente más reacia a la compra telefónica o por internet, se ha convertido en un nuevo perfil de consumidores que nunca antes habían entrado en una tienda de consumo ecológico ni comprado por teléfono o por internet.

Por este motivo, en diferentes puntos de España los pequeños agricultores de frutas y hortalizas ecológicas han vivido un éxito inesperado, como la asturiana Lorena Veiga, productora de hortalizas ecológicas en La Felguera, Langreo, o Roger Petit, un agricultor catalán que tiene una tienda online de producción agrícola ecológica, quienes han visto multiplicarse sus pedidos desde que empezó el coronavirus.

El auge de la producción local y el cambio de hábitos de consumo se ve también en el tirón que está teniendo la iniciativa La Colmena Que Dice Sí, una plataforma que pone en contacto pequeños productores con clientes urbanos en un radio cercano (de media 43 km). Durante el confinamiento provocado por la pandemia ha tenido 3.000 nuevos clientes en seis semanas (un 50% más). La red de Colmenas, como se autodenominan los distribuidores en cada localidad, cuenta con 600 productores a los que ha ayudado a llegar a domicilio para paliar el desplome de la comercialización debido al cierre de la hostelería y los colegios. Un centenar más se ha apuntado en estas semanas buscando nuevas vías de ingresos.

El año empezó con el campo en pie de guerra por las durísimas condiciones que viven y, en plena crisis del coronavirus, se ha encontrado con un protagonismo inusitado que deja fuera de toda duda el valor estratégico que para un país tiene la garantía del abastecimiento alimentario, pero también pone en evidencia la urgencia de reinventarse.

En España hay más de 100.000 autónomos rurales buscando la manera de hacer viable sus cultivos. Y resulta que para muchos de ellos tener una cuenta atractiva en Instagram empieza a ser tan importante como elegir bien el tractor.

La creatividad en las fórmulas de venta en proximidad puede ser la clave que les ayude a recobrar la rentabilidad perdida a muchos de ellos. Pero para ello falta colaboración en el sector que les permita ganar eficiencias en plataformas compartidas y poder de negociación, así como la creación de nuevos canales de venta directa ahora que crece la demanda.