Eduardo Díaz, de Grupo AN: “La industria de los vegetales congelados sigue creciendo en España con nuevas inversiones en el sector”
Siguiendo la misma tendencia creciente de la producción en los últimos años, el consumo de brócoli ha aumentado en España de forma importante. Y no solo de la mano del sector fresco; su crecimiento también ha estado sustentado en la industria congeladora, que permite a los consumidores obtener un producto con todas sus propiedades nutricionales y cualitativas intactas y una extensa vida útil, y que en España tiene su epicentro en la provincia de Navarra.
“La campaña del brócoli de industria ya acabó en nuestras zonas de producción de Badajoz y Navarra. En Navarra, en concreto, el brócoli que se cultiva se destina mayoritariamente a la congelación, ya que es un segmento muy importante en la región. En 2021 se elaboraron en España 941.000 toneladas de producto congelado, de las cuales 710.000, el 70% de los vegetales congelados de todo el país, salieron de tan solo 3 empresas de la provincia”, explica Eduardo Díaz, de la Central Hortofrutícola de Tudela de Grupo AN.
“En Grupo AN somos especialistas en los productos ad hoc para las congeladoras. Gestionamos la comercialización y la confección del brócoli destinado a la industria, para lo cual tenemos una línea tanto manual como automática de troceado, y servimos nuestra materia prima fresca a congeladoras de España, Francia y Portugal. Nuestro volumen de brócoli para la industria está por encima de las 20.000 toneladas”,
“El mayor porcentaje del brócoli congelado por las empresas congeladoras se destina a la exportación, pero el mercado nacional también está experimentando un auge en las ventas. Partiendo de que el brócoli es un alimento saludable y su consumo ya está al alza, el congelado aporta otras ventajas de cara al consumidor: frente al producto fresco, que tiene una vida útil limitada y para el cual la parte que se desecha, el tallo, supone un porcentaje de producto importante, el brócoli congelado puede conservarse durante un largo periodo de tiempo, es 100% aprovechable porque ya está floreteado y, además, está listo para cocinar
“La cuota del mercado congelado es cada vez mayor y se espera que siga creciendo. No hay más que ver que la capacidad de producción y de almacenaje de todas las congeladoras está en expansión, ya que se están realizando nuevas inversiones en la ampliación de las cámaras para estocar y de túneles de congelación”.
Incremento de inputs
El incremento de los precios ha acompañado con preocupación a los productores en el último año. Los combustibles, abonos y la energía eléctrica, los recursos primarios de todos los inputs, han seguido una espiral alcista acumulando registros históricos que se dispararon definitivamente desde el inicio de la guerra en Ucrania y que han ido encareciendo proporcionalmente la producción, tanto de agricultores como de la propia industria congeladora.
“El nivel de precios de este segmento es más estable que el del sector fresco, ya que trabajamos con contratos cerrados, aunque nos estamos enfrentando a problemas bastante importantes”.
“En cuanto a la climatología, en septiembre tuvimos unas lluvias importantes en la zona que provocaron estrés hídrico y asfixia radicular a las plantas y mermaron la producción. A final de año tuvimos un segundo incidente, con el desbordamiento del río Ebro, que anegó los campos en producción de La Ribera, incidiendo también en el volumen de cosecha”.
“Por otro lado está la subida de todos los inputs. Solo el gasóleo está en torno a 1,20-1,30 euros, mientras que el año pasado estaba a unos 85 céntimos, y los abonos han pasado de 370 a 800 euros, y según el tipo, llegan a los 1.000 euros”.
“En Grupo AN nuestra labor es defender al agricultor; por ello, desde la Central de ventas de Tudela llevamos a cabo un servicio de asesoramiento a los productores y de estudios de viabilidad de los cultivos para ofrecer un precio en los contratos acorde con los costes de la producción. Esta situación nos está afectando a todos, a los agricultores y a la propia industria congeladora, y está siendo muy difícil llegar a repercutir el 100% de la subida al precio que paga el cliente final”.
“En los cultivos de verano sí hemos sido capaces de trasladar la subida de inputs al precio en origen, subiéndolo, porque ningún productor puede entrar a cultivar a pérdidas. Pero la situación es tan dinámica que, por ejemplo, con el tomate, nos hemos visto obligados a tener que renegociar los contratos con la industria que se habían celebrado el 31 de enero porque en marzo, en solo dos meses, los inputs habían subido un 10%”.