Sánchez exige a los agricultores dejar casi la mitad de sus terrenos sin frutales para cuidar «la cubierta vegetal»
09 diciembre, 2022

Para cumplir con el ecorégimen de «Cubierta Vegetal Espontánea o Sembrada» hay que dejar sin cultivar el 40% de la proyección libre de copa.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha exigido criterios tecnológicos a los agricultores; obliga a rellenar un diario de la vaca o de cualquier animal detallando los paseos que se dan por el campo durante cada jornada; ha limitado los pastos de los animales; y ha reducido los tipos de fertilizante que pueden usar los agricultores. Así es la nueva regulación para el campo que ha impuesto el Gobierno de Pedro Sánchez si se quiere poder acceder a las ayudas. Todo un compendio de «ecoregímenes» que cuenta ya con un nuevo capítulo: para los campos de frutales, habrá que dejar prácticamente la mitad del terreno sin cultivar. Es complicado imaginar un periodo con más trabas al campo.

Desde ASAJA Córdoba lo denominan ya la «era de los disparates», hasta el punto de que han empezado a recopilar los nuevos requisitos inventados por el Gobierno con el fin de preparar todo un listado de estos «disparates» y elevar su queja ante el Ministerio de Agricultura de la forma más rotunda.

Y el último disparate que se han encontrado no es menor, ni mucho menos: se trata del «Ecorégimen cubierta vegetal espontánea o sembrada».

Desde la asociación del campo destacan que «para el cumplimiento del ecorégimen de «Cubierta Vegetal Espontánea o Sembrada» hay que dejar el 40% de la proyección libre de copa con cubierta vegetal y, si la parcela tiene más del 10% de pendiente, además un metro más obligatorio por condicionalidad».

Los agricultores destacan que «en marcos de plantación anchos, esto puede suponer tener que dejar del orden de 3 metros de anchura de cubierta». Y esos tres metros, obviamente, se quedan sin explotar tras haber sido pagados y adquiridos.

Es más, «esa cubierta hay que desbrozarla y, donde antes con un pase de desbrozadora se cubría la anchura del metro de condicionalidad, ahora va a haber que dar dos o incluso tres pases (según la anchura de la desbrozadora) para agostar la cubierta», señalan desde ASAJA Córdoba.

«Y esta exigencia va a suponer más gasto de gasoil, más contaminación y más compactación del suelo«, añaden los profesionales del campo. «Así que, lo que se supone que es una práctica beneficiosa para el clima y medio ambiente, se convierte en una práctica perjudicial para lo que se pretende y, encima, con mayores costes para el agricultor», añaden. «Otro disparate de esta nueva PAC».

Es complicado encontrar una época en la que el campo haya recibido un recolección de golpes más voluminosa y continuada. Hasta el punto de que ASAJA Córdoba ha calificado ya al ministro Luis Planas de persona non grata.

El Gobierno ha aprovechado la nueva regulación de requisitos exigidos para el cobro de las ayudas de la PAC para colar toda esta colección de trabas y obstáculos. Los agricultores denuncian que incluso ha introducido una «discriminación motivada por la brecha digital». «Va a excluir de las ayudas a la PAC a las personas con menores capacidades digitales», denuncian desde ASAJA. Se trata del enésimo golpe al campo. Y es que los criterios establecidos por el Gobierno para asignar las ayuda a los agricultores exigirán amplios conocimientos informáticos y tecnológicos. Y el que no sepa moverse en ese entorno tendrá un serio problema para cobrar o un serio coste por tener que contratar asesores.

Pero, además, el Ministerio pretende que, a partir del verano de 2023, todos los agricultores y ganaderos tengan la obligación de llevar un cuaderno digital donde apunten las operaciones y tratamientos fitosanitarios cada 15 días, para lo que se necesitarán equipos informáticos y programas de gestión con las tecnologías digitales más avanzadas.

Sánchez quiere igualmente que los ganaderos registren en un diario cada entrada y salida de los animales de cada parcela de suelo que compone los pastos. Y, sólo por citar algún «disparate» más de los recopilados por ASAJA, ha impuesto la plantación de legumbres para aplicar la «rotación mejorante» de los cultivos.