024 febrero, 2023

Aunque los consumidores se encuentran con estantes vacíos o limitaciones a la hora de comprar frutas y hortalizas, los mayoristas del Reino Unido niegan que haya desabastecimiento de producto y señalan que se trata, sencillamente, de una cuestión de dinero. «Tenemos lechuga Iceberg suficiente como para hundir el Titanic. Haz el pedido en línea ahora y te lo entregamos al día siguiente».

La escasez de productos para ensalada en los supermercados británicos ha sido bien documentada en los últimos días, en que algunos de los grandes retailers han limitado las ventas de tomates, pimientos y lechuga por cliente.

Causas actuales y a largo plazo
Son varias las causas de este desabastecimiento. El motivo de la escasez actual es el frío que está haciendo en España y Marruecos, de donde procedería en esta época del año la mayoría de los productos. Pero detrás de este mercado bajo presión está la situación de mercado de la que el sector hortofrutícola lleva muchos meses advirtiendo: debido a la inseguridad del retorno de la inversión provocada por la subida de los precios de la energía, los costes de mano de obra y los servicios, así como por la falta de garantías en el sector, los productores han dejado vacíos sus invernaderos, ya sea para plantar más tarde o para no plantar nada.

«El retraso en el inicio del ciclo productivo supone que pasarán otros dos meses hasta que la mayoría de los tomates británicos estén listos para la recolección», explicó Phil Pearson, de APS Produce, a Sky News durante la asamblea de la National Farmers’ Union en Birmingham. «Este año, hemos cultivado más tarde para intentar recuperar algo de valor, porque todo el mundo se ha visto limitado por los precios, y no solo de la energía, sino también del fertilizante, la mano de obra; todo ha subido», afirmó. «Así que, en lugar de empezar [a cosechar] a finales de marzo, será más bien a finales de abril o mayo». APS Produce, que suele recolectar 650 millones de tomates al año en 70 hectáreas, ha dejado vacíos algunos de sus invernaderos durante los días oscuros del invierno para ahorrarse los costes de iluminarlos.

La situación de los productores holandeses es la misma. La producción en invernaderos con iluminación artificial de Países Bajos, que suele ser un proveedor importante para el mercado británico, normalmente rondaría las 800 hectáreas, pero este año solo se han plantado 100 hectáreas.

Al haber menos producto local disponible en el mercado europeo, el retraso del producto español ha echado más leña al fuego en un mercado ya tenso, lo que ha provocado que se disparen los precios.

Precios en el Reino Unido
En lo que se refiere a la disponibilidad en las tiendas, es una cuestión de dinero. Las etiquetas de precio de los estantes vacíos de los supermercados británicos muestran unos niveles mucho más bajos que en otras tiendas o incluso otros países. Los tomates cherry pera, por ejemplo, se ofrecen en la web de Tesco en el Reino Unido a 3,08 libras el kilo, mientras que en el retailer holandés Albert Heijn cuestan 5,98 euros el kilo. Sainsbury ofrece una coliflor por 0,95 libras, la misma que en el retailer holandés Jumbo se ofrece por 2,99 euros.

Es lo que los mayoristas británicos dicen: hay producto disponible en los mercados y en las fruterías locales, solo que cuesta más. «Aquí no hay desabastecimiento de productos», asegura el mayorista británico Perry Blinders en Twitter, mostrando su almacén lleno de tomates, pepinos, lo que sea. «Haz el pedido online ahora y mañana te lo llevamos a tu negocio. ¿Tomates? ¿Cuántos quieres? ¡Los pepinos, por palés! Lechuga Iceberg, ¡suficiente para hundir el Titanic!», como se lee abajo en el tuit. Y lo cierto es que, en su web, hay productos disponibles, solo que a un precio mucho más elevado del que cuesta en los retailers vacíos del Reino Unido.

Precios spot diarios
«No hay escasez en el mercado, pero el producto es caro. Nosotros compramos a precios spot diarios y algunos productos han duplicado e incluso triplicado el precio por el tiempo que está haciendo en España y Marruecos y también en todo el mundo. Todo tiene repercusiones en los precios», explica Paul Murphy, de Yes Chef, sito en el mercado New Covent Garden Wholesale Market.

«Hemos tenido que repercutir estos costes extras a nuestros clientes para poder sobrevivir. El hecho de que la escasez esté bien documentada en los medios de comunicación nos lo pone más fácil».

«Debido al desabastecimiento en los retailers, han venido al mercado más consumidores en busca de productos, pero también pueden encontrarlo en las fruterías locales y en los mercados ambulantes diarios.

Producto disponible a precio bajo
Detrás de esta escasez se esconde una realidad de mayor calado; e incluso detrás de esta, hay otra más. Según Paul, los productos llevan demasiado baratos durante demasiado tiempo. «Soy un comerciante de quinta generación y hay productos como el radicchio de Italia que cuestan ahora lo mismo que hace 50 años».

«En este mercado, los precios fluctúan como en cualquier otro, y tenemos escasez de distintos productos todas las semanas. Así es el negocio hortofrutícola. La diferencia esta vez es que está bien documentado todo en los principales medios de comunicación. Esto podría ser lo que fuerce el cambio en el sector, y es bien sabido que los supermercados venden las frutas y hortalizas por mucho menos de lo que pagan por ellas. Quizás, esto cambie la manera en que la gente compra estos productos. En otras partes del mundo, la gente compra frutas y hortalizas en los mercados locales y en los puestos a pie de carretera. Compran dejándose guiar por el aroma y el sabor, no por el aspecto».

Brexit
«Aunque es cierto que el Brexit hizo que fuera mucho más difícil y caro importar productos al país, esta vez no es el culpable», concluye Paul, con quien coinciden otros miembros del sector hortofrutícola.

Mike Parr, de PML (Perishable Movements Ltd), se encuentra ahora mismo en Dubái en la feria Gulfood. El mensaje que no deja de oír allí es que los productores, sencillamente, no tienen interés en enviar frutas y hortalizas al Reino Unido porque el coste de transporte es inaceptable, sumado a un nivel de trámites burocráticos sin precedentes y los importantes retrasos bien documentados asociados a los bienes importados. «Unas cargas de manipulado excesivas, combinadas con los dilatados retrasos, es lo que está paralizando nuestra actividad. Hay casos en los que los conductores han tenido que esperar hasta 26 horas. Esto no solo acarrea un coste enorme para la empresa, sino que también se traduce en la necesidad de pagar hasta tres turnos distintos para adherirse a la estricta normativa de horas que puede trabajar un conductor», continúa. «Las sanciones económicas en Heathrow –’el puerto de entrada más valioso del Reino Unido– está provocando que algunos de nuestros clientes importantes estén sopesando el envío de producto por mar, puesto que ya no es viable absorber los disparados costes de manipulación del aeropuerto. Las tarifas actuales hacen que sea más rentable enviar el producto en avión a Lieja y llevarlo al país por carretera que contratar el servicio de flete aéreo a Heathrow. Si el Gobierno quiere mantener el transporte de frutas y hortalizas frescas hasta el Reino Unido por aire y carretera –la opción más viable, dada la naturaleza perecedera de la carga–, debería considerar una prioridad la limitación de los costes de la manipulación de estos productos frescos. Solo entonces los consumidores podrán tener acceso –y permitirse pagarlos– a unos alimentos que son tan fundamentales para una dieta saludable. Y solo entonces tendrá el sector alguna posibilidad de supervivencia», concluye.

¿Qué va a ocurrir?
Está previsto que el cultivo holandés y británico sin iluminación artificial comience a producir de nuevo dentro de algunas semanas, y también el tiempo en España está mejorando, así que pronto habrá una situación más normal. Pero, por ahora, los precios de todos los productos disponibles en el mercado son muy elevados. Parece que esta es una batalla de largo recorrido: el retail británico contra los altos precios de las frutas y hortalizas.