010 febrero, 2024

Cataluña atraviesa la sequía más severa desde que existen registros. Con el inicio de febrero, se ha activado la emergencia por sequía con restricciones de agua para casi el 80% de la población catalana, 202 municipios que obtienen agua de los embalses del sistema Ter-Llobregat (área metropolitana de Barcelona y parte de Girona). Esto no se aplicará a las poblaciones que se nutren del río Ebro (entre ellas Lleida), unidades hidrográficas dependientes de la Confederación Hidrológica del Ebro, dependiente del Ministerio, y donde la situación es mejor.

Además de las medidas en el consumo humano, la agricultura restringirá un 80% el uso de agua para regar. En lo que respecta al sector hortofrutícola, son las hortalizas las que más se verán afectadas, así como, por ahora, las centrales de manipulación y envasado de manzana y pera, en las que se utilizan circuitos de agua.

Respecto a la fruta de hueso, la producción más representativa de Cataluña, todavía no se encuentra en periodo de necesidad hídrica, “aunque a partir de finales de marzo y principios de abril, cuando la fruta ya ha cuajado, será crucial disponer de suficiente agua para regar las plantaciones de árboles frutales”, avisa Manel Simon, director general de la Asociación Empresarial de Fruta de Cataluña, Afrucat.

“Nadie puede asegurar ahora mismo si habrá o no suficiente agua para la próxima campaña de fruta de hueso”, manifiesta Manel Simon. “Será necesario que llueva y que nieve mucho en las zonas más altas y montañosas. De todos modos, la climatología está siendo muy inusual, ya que estamos asistiendo a episodios de nieblas densas en la plana de Lleida, algo muy difícil de ver en esta zona y que será importante para humidificar la tierra y que los árboles acumulen horas de frío, lo cual se relaciona a tener un producto de calidad”, añade.

A medio plazo, priorizaciones. A largo plazo, inversiones
“Si a corto plazo no podemos contar con el agua necesaria, se llevarán a cabo priorizaciones en su uso, tanto a nivel de consumo personal como industrial y agrícola. Tenemos que ser tremendamente sensibles con la producción de fruta, o se tendrá que importar, ya que si no disponemos de agua, habrá una caída productiva importante y un alza en los precios”, señala el director de Afrucat.

“A falta de contar con agua suficiente para esta campaña, esta se priorizará para los árboles leñosos, ya que si estos mueren, hacen falta al menos 5 años para volver a tener un árbol nuevamente productivo. Tenemos que aprovechar estos momentos de crisis para pensar en soluciones a medio y largo plazo, proyectos de inversión para poder afrontar mejor estas situaciones de escasez de agua en el futuro, con sistemas de riego más eficientes”, explica Manel Simon.

En muchas zonas productoras de Cataluña existen modernos sistemas de riego que aportan al árbol el agua estrictamente necesaria, pero hay otras en los que no se han hecho estas obras, como la zona del Canal d’Urgell, donde ya se han anunciado las primeras fases de proyectos de modernización –las llamadas autopistas hídricas–, a partir de inversiones del Estado y de la Generalitat de Catalunya. “Se trata de un proyecto de al menos 10 años, pero es imprescindible que el agua llegue al campo de la forma más eficiente posible, sobre todo en periodos de sequía como este, de cara al futuro”, sostiene.

“En cuanto a las zonas productoras más cercanas al mar, creemos que a medio plazo es necesario pensar en plantas desaladoras para el consumo humano en situaciones críticas como esta, en combinación con el agua disponible en los pozos naturales, que se pueden destinar a usos agroindustriales, así como la depuración y reaprovechamiento de las aguas residuales”, apunta el director de Afrucat.