01 diciembre, 2020

El robot cosechador de fruta Clive trabajará en dos propiedades del Valle de Goulburn para comprobar si es una alternativa comercialmente viable a la mano de obra humana. La máquina fue construida por la empresa australiana Ripe Robotics, y será puesta a prueba en las fincas Turnbull Brothers y HV McNab and Son, cerca de Shepparton, cuando la cosecha comience en verano.

Mitchell McNab, uno de los agricultores que participan en la prueba, comenta: «Hay algunos sensores y cámaras que, a medida que la máquina se mueve a lo largo de la hilera, pueden detectar dónde está la fruta en el árbol y si es una pieza aceptable para cosechar, si es del color o tamaño correcto o si hay alguna mancha en la fruta, y luego un brazo succiona la fruta del árbol, ya sea una manzana, una pera o fruta de hueso».

McNab ha estudiado la tecnología durante varios años y está entusiasmado ante la posibilidad de poder probar el equipo durante una cosecha comercial de fruta. Cree que si los productores australianos van a competir con países con estándares más bajos y un menor coste de producción, la tecnología tendrá que ser la respuesta.

«La realidad es que operamos en el mercado con mayor coste de mano de obra de cualquier parte del mundo, y para poder competir a escala mundial necesitamos reducir dichos costes y, como resultado, nuestro coste de producción», manifiesta McNab a abc.net.au. «Entonces podremos jugar en igualdad de condiciones para poder vender nuestra fruta en todo el mundo».

McNab está preocupado por conseguir los trabajadores necesarios para la cosecha de este año. «Normalmente dependemos de los temporeros para completar nuestros equipos de cosecha», explica. «Por lo general, hay unos 200.000 trabajadores que van y vienen a Australia cada año, y las estadísticas recientes que he visto muestran que solo quedan unos 30.000 a 40.000 en el país, y que cada semana salen unos pocos y no entran más».

Clive puede ser la respuesta a la actual escasez de mano de obra en el sector agrícola.