025 enero, 2018

La investigadora de IRTA (España), Neus Teixidó, junto con el resto del equipo de Patología de la Poscosecha, ha dirigido una tarea del proyecto europeo BIOCOMES con el objetivo de desarrollar dos productos de control biológico para combatir la podredumbre marrón en la fruta con hueso.

En un ecosistema natural, las plantas son atacadas constantemente por todo tipo de plagas y enfermedades como los insectos, los hongos y las bacterias. Los vegetales pueden sobrevivir gracias a la intervención de los enemigos naturales de las plagas y los patógenos nocivos. Pero los campos de cultivo son más inestables a causa de las interferencias humanas. Los enemigos naturales de las enfermedades que dañan las plantas acostumbran a desarrollarse demasiado tarde o a no ser suficientemente numerosos. El control biológico consiste en liberar más organismos de este tipo para combatir las plagas y las enfermedades que afectan la cosecha.

Las investigaciones de IRTA en el proyecto BIOCOMES se han centrado en desarrollar dos productos biológicos, una cepa de Bacillus amyloliquefaciens y otra de Penicillium frequentans, así como una estrategia de control basada en ellos para luchar contra Monilinia, el hongo que más afecta los cultivos de fruta con hueso en Europa. El control de esta enfermedad se hace mayormente mediante el uso de productos químicos de síntesis. El endurecimiento de la legislación y la demanda creciente de los consumidores de productos más saludables y seguros y respetuosos con el medio ambiente pone de manifiesto la necesidad de una alternativa en el tratamiento de las plagas y enfermedades.

Los resultados obtenidos por los investigadores de IRTA determinan que los dos productos de control biológico estudiados consiguen unos resultados similares a los de los productos químicos en el tratamiento de la podredumbre marrón en los frutos con hueso. La eficacia de estos productos biológicos ha sido validada en diferentes zonas europeas: en campos de cereza en Bélgica y en campos de melocotón y nectarina en Italia, Francia y Cataluña.

El último paso necesario después de este proyecto, consiste en el registro y la implementación de estos nuevos productos de control biológico en el mercado. Los resultados de la investigación de IRTA facilitan nuevas herramientas para productores y ventajas para consumidores, permitiendo cumplir las restricciones legislativas y dar respuesta a la demanda de alimentos saludables y seguros.

BIOCOMES ha sido un proyecto de 4 años con la participación de 27 socios (13 empresas y 14 instituciones de investigación) de 14 países diferentes que pretendía desarrollar productos biológicos para el sector agrícola y forestal europeo.