La productividad de los huertos de albaricoques ecológicos en Italia se ha visto afectada por las lluvias primaverales. Al menos eso es lo que le ha ocurrido a Terre Giunchi, que cultiva un total de 110 hectáreas, de las cuales 38 están dedicadas a los albaricoques.
Enrico Giunchi
«En algunas variedades, la caída ha llegado al 80% o al 90%. En otras, la situación no es tan drástica, aunque sigue siendo desoladora, con disminuciones de hasta el 50%. El problema es que llovió mucho durante el cuajado y las temperaturas eran bajas. En el caso de los huertos ecológicos, lo único que podemos hacer es intervenir con azufre, pero a veces no podíamos ni siquiera entrar en los huertos», explica el propietario de la compañía, Enrico Giunchi.
La situación es un poco mejor para las variedades tardías. En los últimos días, se ha cosechado la Faralia y después le llegará el turno a la Farbaly. «Nuestro único consuelo es que los pocos productos que tenemos son de buena calidad».
Albaricoques en un supermercado
Fabrizio Casadio cultiva 14 hectáreas de albaricoques mediante el manejo integrado de plagas. «Estoy bastante satisfecho con la producción de Lady Cot, mientras que hemos registrado una disminución del 40% en las Faralia. La calidad es media y depende en gran medida de la variedad y de la ubicación. Sin embargo, las lluvias en junio arruinaron una gran parte de la fruta y el porcentaje de productos que se han echado a perder es notable».
Casadio lanza una pequeña puya: «Hay demasiadas variedades originarias de California, España y Francia, es decir, seleccionadas en regiones que son demasiado diferentes a la nuestra. Algunas no se adaptan bien a nuestro clima húmedo. ¿Acaso la investigación italiana no puede hacerlo mejor? Creo que deberíamos elegir variedades que sean más adecuadas para nuestra región».